Como
dice Kelly Clarkson en su canción de What doesn't kill you makes you stronger –
lo que no te mata te hace más fuerte (que por cierto, me recuerda siempre al
Dragon Nest porque esa frase me la decía siempre el general Duglas, que es un
personaje de ese juego), “doesn't mean I'm lonely when I'm alone”, es decir,
que no significa que cuando esté sola, me sienta sola.
Son
diferentes. En mayor o menos medida, todos necesitamos nuestro tiempo para
dedicarnos a nosotros mismos. Todos necesitamos cubrir ese espacio íntimo con
cierto grado de privacidad individual. Pero eso no quiere decir que al salir de
nuestro círculo privado, no vaya a haber nadie fuera esperándonos.
Sin
embargo, también se puede estar presencialmente solo, con la sensación (ya sea
verdadera o falsa) de que al otro lado no hay nadie. Sentirse solo es muy
diferente a estarlo, a no tener compañía en ese momento. Ambas se viven de
diferente forma, puesto que si los demás van a estar al otro lado, el pequeño
tiempo y espacio que tengas contigo mismo, sabes que va a ser temporal y
limitado, y que al otro lado vas a tener apoyos a los que sujetarte cuando lo
necesites, por tanto, no vas a sentir esa angustia de cuando no se tiene a
nadie (generalmente no por gusto ni por intención propia) y te ves desamparado
por no saber a donde agarrarte en caso de estar cayéndote, o de ya haberte
caído y no poderte poner en pie por ti solo.
Personalmente
considero haber rozado sensaciones similares a las de la soledad, aunque afortunadamente
creo que nunca absolutas. Lo compararía con caerse en un pozo. No sientes estar
con nadie, y tampoco lo ves al estar oscuro. Para llegar a los demás has de
subir, pero no encuentras apoyos. Algunas de las reacciones posibles podrían
ser la de ingeniártelas para trepar solo hasta arriba (arduo camino, para el
que hace falta mucho esfuerzo y fuerza de voluntad) y una vez arriba buscar a
los otros, la de pedir ayuda desde abajo (pero hay que gritar mucho para
alguien que coincida que estaba pasando por arriba lo oyese, no vale con
desistir al primer intento), o la de rendirse, y dar por sentado que no hay
nada que hacer.
Obviamente
esta última puede parecer la opción más fácil, pero como pasa con todo lo
demás, no es la mejor. Es el mayor signo de desesperación. No ves la salida, no
ves el camino, no ves si hay apoyos, y no crees que nadie vaya a querer
esforzarse por intentar sacarte de ahí. Pero pensar que todo está perdido, no
es una postura que te vaya a ayudar, y menos si tu intención es finalmente
salir de ahí.
Muy
extremistas tendrán que ser los pocos ejemplos que se den donde esto último
ocurra, y aun así, seguirían siendo excepciones. La opción de salir reside en
la voluntad que cada uno quiera echarle para lograrlo, porque para bien o para
mal, humanos somos muchos, y la opción de aproximarnos a algunos de ellos está
siempre presente (como seres sociales que somos sobre todo).
De
nosotros dependerá que rompamos nuestras propias barreras si es que alguna vez
las tuvimos para contar con los demás o
para dejar que los demás cuenten con nosotros.
En
lo que a mi respecta, mis resquicios de dificultades sociales aún me ponen
trabas para limitarme mi visión de la situación. Muchas veces no sé identificar
con claridad si ya me he vuelto a caer en el mismo pozo, si tiene apoyos, si
hay gente todavía cerca con la que podría contar antes de que se alejase más...
Más complicado es aún intentar ver la situación desde otra posición, con otro
punto de vista al que habitualmente se tiene o desde fuera. Pero no por ello
imposible. Y aunque a primera vista no sepa encauzar muy bien determinadas
situaciones, sé que muy probablemente me haré con ellas con el paso del tiempo,
y que hasta puede que llegue a un punto en que el no tenga por qué lidiar más
con ellas ya ^_^ .
1 comentarios:
Me ha encantado esta entrada del blog. Como ya te dije muchísimas veces, tienes todas las cartas en tu posesión para conseguir esos apoyos, liberarte de las trabas y no volver a caer en esas sensaciones de soledad....Tienes todas las cartas, solamente te hace falta empezar a jugarlas, y eso es algo que irás haciendo con el tiempo.
Mucho ánimo. Confío en ti =)
PD: En el póker, así como en la vida, cuando te juegas todo a una sola carta, a veces ganas y a veces pierdes. Es mejor abandonar la mesa en esos casos y buscar otra mesa nueva en la que sentarte. Te deseo muchísima suerte con tu "nueva" etapa cuando vuelvas a Barakaldo, sé que te irá bien ;)
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